Rock the Bubble es una comunidad de gente a la que le interesa escribir por el solo placer de hacerlo y lo hace mediante nuestros talleres de escritura creativa. La mayoría de los participantes no viene del mundo literario; en un mismo grupo podrás encontrarte con un chef, un médico, una arquitecta y un abogado.

A diferencia de la mayoría de los talleres de escritura donde lo que prima es la formación literaria, a nosotros lo que nos interesa principalmente es pasarla bien. Y resulta que hemos encontrado en la escritura el vehículo perfecto para hacerlo.

Por eso si estás buscando un taller de literatura serio, técnico y formativo, este no sería el taller para eso.

Lo sé, suena un poco nerd eso de escribir para divertirse, pero créanme que no lo es. Lo que sucede en nuestros talleres no sucede en ningún otro lado. Resulta que con la escritura empezamos a conocernos desde otro ángulo. Acá no importan tus pergaminos, tu puestazo de trabajo o todos los diplomas que tengas archivados en un cajón. Acá, más que conocernos por nuestras bondades, nos conocemos por nuestras debilidades. ¿Cómo lo hacemos? Mediante las consignas del taller. Son ellas, los disparadores para que uno empiece a mostrarse y en ese “mostrarse” empieza la diversión.

Lo más importante de los talleres es su gente. Por eso hacemos una rigurosa selección para para asegurarnos de que quien entre sea buena onda y aporte al taller. No nos interesa gente que crea que tiene todas las respuestas o que no esté dispuesta a recibir críticas, tampoco gente con la mente cerrada.

No necesitamos que tengas ninguna experiencia en escribir, solo que tengas ganas de hacerlo y que le dediques tiempo a las consignas y asumas el compromiso de asistir a las clases. Después de cada taller, hacemos una nueva convocatoria para ver quiénes pasan al siguiente módulo. Cada uno es libre de seguir o no, pero si no sigue, perderá su lugar en su grupo y ese espacio será cedido a un nuevo participante.

Los talleres se dividen en 3 partes: las consignas, los ejercicios y la teoría.

En toda clase hacemos ejercicios que sirven para soltar la mano y para poner en práctica algo de lo que se esté hablando en la teoría. En cada encuentro desarrollamos un tema  particular sobre la escritura, desde técnicas hasta escritores, desde herramientas hasta procesos.

Pero las estrellas de los encuentros son siempre los textos que los participantes traen a clase.

Esos textos surgen de las consignas que, semana a semana, reciben nuestros alumnos. Los textos se leen en clase por sus propios autores y son comentados por los profesores y por el resto de los integrantes. No te vamos a mentir, al principio, da muchos nervios leer lo que uno escribe a un grupo de extraños, pero cuando pasa el tiempo y ya los conoces un poco más, te da nervios igual.

Nuestro nombre puede tener distintas lecturas, pero te vamos a contar solos dos, las que más nos gustan.

La primera tiene que ver con que cada taller es por sí solo una burbuja; una burbuja donde pasan cosas que solo pueden vivirse dentro de ella. Pero a diferencia de las burbujas tradicionales que flotan suavemente por el aire, las nuestras rockean, se mueven de un lado para otro, se sacuden, se despeinan (sí, nuestras burbujas tienen pelo). El ritmo de los talleres es el rock porque coincidimos en su energía, irreverencia y libertad.

La segunda explicación está basada en la ciudad donde se originaron los primeros talleres de Rock the Bubble: Lima, Perú. Lima, a pesar de tener más de 10 millones de habitantes, es una ciudad burbuja, donde la gente se mueve en pequeños círculos y se relaciona con un número limitado de gente. Mantener las formas es elemental para permanecer dentro de esas burbujas sociales. Pues bien, desde los talleres, lo que intentamos es motivar a la gente a no tenerle miedo a ser distinto, a pensar distinto, pero sobre todo a ser honesto con quien uno es.